Estrategias dirigidas a la Generación Multitarea

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Dreig sigue haciendo de las suyas y esta vez nos trae este interesante post:

¿Hacéis “zapping” en este blog? ¿Tendemos, ante la sobreinformación, a leer en diagonal o “de negrita en negrita”?

En mi caso, confieso que en ocasiones sí caigo en esos malos usos de la lectura digital. Y eso que por edad, no soy nativa, así que suelo intentar paliar este defecto mediante la selección de mis fuentes, o distintas herramientas de filtrado de lo que me interesa. Los años, la experiencia, aumentan tanto la fiabilidad de nuestro criterio como la seguridad con la que lo adoptamos.

Quería hablaros hoy de cómo captar la atención ante generaciones y hábitos culturales “multitarea“. Y no sólo nos referiremos a conferencias, webcasts, videoconferencias, charlas, sesiones de formación, etc… sinó también a la escritura, la redacción de textos que aspiran a ser leídos hasta el final.

En 2005, una encuesta de la Kaiser Family Foundation entre niños y jóvenes americanos de 8 a 18 años nos hablaba de la hiperactividad, la productividad de estos en los nuevos entornos digitales y multimedia.

Un reciente estudio en UCLA mostraba cómo las nuevas generaciones son las más multitarea de la historia, mostrando además escasos intervalos de atención a cada tarea (ahora consulto Gmail, ahora respondo en twitter, ahora leo los titulares de un artículo y….dado que teletrabajo, atiendo al timbre, al cartero que me trae alguna buena nueva ;)).

Se habla incluso de déficit atencional (ADT), como mal específico del trabajador, impaciente, desorganizado y desbordado en cuanto a su carga laboral, en la economía del conocimiento,

Nuestra tarea como blogueros, como formadores, será entonces atraer de forma efectiva la atención de este difícil público.

Veámos algunas claves:
Todo depende de un buen comienzo (la presentación, si breve, dos veces buena)

El cine, la industria audiovisual en general, los novelistas de éxito, son expertos en este tema. Un título provocador, un par de sentencias atípicas y el lector, el oyente, dejará de lado su blackberry, obviará los microtwitteos y nos dedicará 5 minutos de su preciosa atención.

Creo, en este sentido, que es un error común al inicio de cualquier presentación el de extendernos demasiado en presentaciones personales o introducciones acerca de la estructura de la sesión. O bien son innecesarias (son pocos los temas originales en internet o las conferencias en las que el asistente no ha leído previamente un programa de mano que ha contextualizado nuestra intervención) o bien deberian dejarse para otro momento. Quien me lea, quien me escuche, posiblemente ya sabrá quien soy. O en todo caso, podrá consultarlo en la barra superior de mi blog.

Y en cuanto a los abstracts (resúmenes iniciales), quizás, como las malas películas, nos cuenten el final y hagan innecesaria la lectura del resto de nuestros artículos.

Recursos visuales

Procesamos a mayor velocidad, recordamos en mayor medida lo visual que lo puramente textual o auditivo. Esa es, en ocasiones, la base del éxito del aprendizaje en la red durante los últimos tiempos. Nos sobran ya herramientas multimedia para dinamizar nuestras presentaciones, para hacerlas más efectivas.

Adaptar el discurso a nuestros lectores/oyentes:

Aprendí algo con colectivos difíciles: el desconocimiento de la terminología no significa que no puedan entenderse los conceptos.

Escribir párrafos en inglés sin traducirlos, o hablar en clave o en el argot de determinados colectivos, puede dar la sensación de que somos muy cultos o muy entendidos en determinada materia, pero es una apuesta demasiado arriesgada si no conocemos a priori a nuestros oyentes.

Quien nos lee, quien nos escucha, no busca, en general, valorar la sonoridad de algunos idiomas o nuevos “palabros”.

Si queremos que llegue hasta el final, será la comprensión del mensaje lo que deberá guiarnos en todo momento. Y no vale, en ocasiones, enlazar a la definición en wikipedia. Un breve paréntesis, la traducción, una aclaración sobre el significado de esos términos que a veces, por nuestra propia familiaridad con ellos, no podemos evitar, será suficiente y hará mucho más valiosa nuestre aportación.

Variaciones vocales, variaciones expresivas:

¿Qué tal si intentamos dirigirnos, de vez en cuando, en un tono distinto, a quien nos lee? El teatro sabe mucho de eso, de la necesidad de variar la tonalidad en un escenario mucho menos variable que el cinematrográfico para mantener la atención…

Los recursos visuales de los que hablábamos en el punto anterior pueden servirnos para no aburrir a nuestro público. Una imagen, una pregunta, un paréntesis, un párrafo resaltado (el típico blockquote), un color distinto de letra, un leve golpe en la mesa, cambios de posición en el caso de presentaciones orales…son otras posibilidades.

Seguro que se os ocurren muchas otras claves para una comunicación eficaz (en las que pensaréis o comentaréis si he logrado mi objetivo).

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